Una de las atracciones más conocidas de las excavaciones de Pompeya es el Templo de Apolo, uno de los lugares de culto más antiguos y visitados. Fue descubierto a principios del siglo XIX junto con el Foro.

La historia del Templo de Apolo

El templo data de los siglos VIII y VII a.C. Algunos hallazgos arqueológicos sugieren que en sus inicios era un espacio abierto con altares, y solo en el siglo siguiente se construyó el primer edificio con un techo decorado con terracota.

En aquella época, Apolo era la divinidad más venerada y el templo era el lugar de culto más frecuentado. Sin embargo, con el auge del culto a Júpiter, perdió importancia y se redujo su tamaño.

Posteriormente, se añadió un reloj solar y se convirtió en la sede de los Ludi Apollinari, los juegos en honor a Apolo.

Cuando el Vesubio entró en erupción en el año 79 d.C., el templo estaba en proceso de reconstrucción tras el terremoto del año 62 d.C.

¿Cómo llegar al Templo de Apolo?

El Templo de Apolo se encuentra a unos 350 metros de la entrada a las excavaciones. Es la primera atracción en el lado izquierdo antes de llegar al Foro de Pompeya. La entrada al templo se encuentra en Via Marina.

En el interior del templo hay 48 columnas de toba volcánica que sostienen un arquitrabe decorado con figuras mitológicas y composiciones florales.

Los pedestales dentro del templo albergaban estatuas de diversas deidades como Venus, Artemisa, Corino y Hermes, pero la más importante es la estatua de bronce de Apolo arquero.

El verdadero templo se encuentra más adelante, subiendo las escaleras hasta el podio donde se ubican la cella (que representaba la morada del dios) y otras 28 columnas corintias.

¿Qué visitar cerca del Templo de Apolo?

En la antigua Pompeya no existía un solo templo, sino varios, dedicados a distintas divinidades. Cerca del Santuario de Apolo también se encuentran el Templo de Venus, el Templo de Júpiter, el Templo de la Fortuna Augusta y el Templo de Vespasiano.

Reserva tu visita